¿Por qué es que la piel de un bebé recién nacido puede evocar sentimientos de envidia en muchos de nosotros? Simplemente porque, a medida que envejecemos, nuestra piel pierde esa sensación de suave satén-que alguna vez tuvo. Nuestro entorno, nuestra época, lo que comemos, y la cantidad de sueño que tenemos todos juegan un papel importante en la apariencia de nuestra piel.
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